domingo, 10 de julio de 2011

Cuando la inseguridad es solo una sensación interna

Creo que son incontables las veces que nos detenemos antes de empezar algo nuevo, intentar cambiar algo o simplemente relacionarnos de una manera diferente.
Es cierto que muchas veces las circunstancias nos impiden movernos de la manera que deseamos, pero la mayoría de las veces somos nosotros los que nos ponemos las trabas y con prestar atención a como nos comportamos ante eso que nos preocupa,  podemos buscar una manera de trabajarlo.
Mientras cursaba la primaria me decían que era buena en materias sociales, que escribiera cuentos, que fuera profesora de literatura, pero que por nada del mundo decidiera dedicarme a estudiar matemática, química o física porque lo único que iba a conseguir era frustrarme.
Con la convicción de en que cosas era buena y en que otras no tanto, sólo sacaba buenas notas en historia y literatura, y a la hora de buscar un colegio para cursar el polimodal, me llevé la sorpresa que solo había vacantes donde JAMAS iba a poder destacarme: “Economía y Gestión de las Organizaciones”.  Me acuerdo que pedí hablar con la Directora del lugar que muy amablemente me dijo: “la única diferencia que existe en primer año entre el plan social y el nuestro, es que nosotros tenemos: CONTABILIDAD, MATEMATICA  y PRINCICPIOS DE ECONOMÍA”. Escucharla decir eso fueron 3 puñales en el pecho… “ya fue”, pensé, por primera vez en mi vida tenía 3 materias a marzo antes de arrancar la cursada.
Lo gracioso de esto es que mi miedo de no poder, sobre todo por lo que me dijeron que no podía hacer, no hizo que me diera cuenta que la única materia que me lleve a Diciembre fue un amistoso partido de Vóley con unas muchachas similares a mí que también faltaban a las clases de gimnasia. Terminé el secundario sacando 10 tanto en contabilidad como en economía, pero sin embargo pensaba: una cosa es la secundaria, otra cosa es la Facultad.
Y así fue como mi fantasmita negativo sobre las ciencias exactas me acompañó durante toda la adolescencia y estuvo presente también cuando decidí estudiar Recursos Humanos en la Facultad.  Fuimos juntos a las inscripciones de Febrero y al igual que cuando cambié de colegio, me dijeron en Recepción: “Aquí la Carrera de Recursos Humanos se encuentra en la Facultad de Ciencias Económicas donde es requisito aprobar Matemática para Ingresar”. Mis conocimientos de literatura que siempre me acompañaron como fantasmitas positivos por la vida, también presentes en esta ocasión,  me llevaron a pensar en la horrible inscripción que Platón habría colocado en la puerta de la “Academia” que decía: “No entre aquí quien no sepa geometría”. Claramente hubiera dado media vuelta hacia el centro de Atenas si hubiese estado en ese lugar.
Una vez inscripta en la carrera todo iba bien hasta el primer parcial de matemática al cual no estudié porque no quería y además no aprobé porque no podía. A lo largo de la carrera me fui dando cuenta que era mínimo el esfuerzo que se me pedía y que sin un poco de mi parte este tema era insuperable. No era casual el rechazo que sentía cuando me enfrentaba a una situación similar y cuando quise darme cuenta para mirar un poco hacia atrás, había conseguido no solo mi Polimodal en Economía sino también una Licenciatura con alto contenido analítico proveniente de las ciencias exactas.
Ahora sí, superada la prueba académica, llego la hora de trabajar y otra vez el fantasmita negativo (no ya propio sino de creado por el pensamiento de otra gente, que no solo es negativo por metido sino porque se anima a opinar), me dice sutilmente: “Buscá donde puedas desarrollar tu nivel social pero olvidate de un puesto que analice compensaciones”. ¿Y  adivinen qué? No solo me olvidé, sino que evitaba completamente aprender o enterarme al menos de que se trataba un puesto similar en la práctica. No hice cursos porque no los iba a entender, no revise nunca mi trabajo final de remuneraciones para mejorarlo, pero sí una vez sentada en mi escritorio recibí la visita del Gerente del sector que me dijo: “Necesito que vengas conmigo a la Fábrica, se abre una posición como Analista de Organización y Compensaciones y pensamos en vos”.
Yo creo que se aprende muchísimo  cuando te das cuenta que la inseguridad que sentimos respecto de nosotros mismos no coincide con lo que realmente nos sucede. Y hasta tanto no trabajemos este punto para superarlo, vamos a seguir creando fantasmas negativos de algo que suponemos inamovible, que no queremos cambiar, o simplemente reconocer que somos capaces de hacerlo. 

2 comentarios:

  1. Muy bueno Mari!!creo que a la mitad mas uno le pasa eso...una cosa es saber aceptar que seguramente podrás brillar en unas cosas y en otras no tanto y saber hacer buen uso de ello. Y otra es ponernos la altura del muro que tenemos que saltar...en el fondo tmb si lo pensas quizás esta hecho para regocijo del que logra superar lo que penso imposible!

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  2. Es cierto Dani, de eso se trata... =) !

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