domingo, 30 de octubre de 2011

Estar Convencidos: ¿De Qué?

“La Convicción es la determinación y seguridad acerca de algo. El gran problema de la sociedad de hoy es que no tiene gente con convicción” Bernardo Stamateas

¿Porqué dudamos tanto? Me hacía esta pregunta a la hora de elegir un tema para el Blog y me puse a pensar en las cosas de las cuales estoy realmente convencida. Por suerte no son pocas y al concebirlas, me di cuenta que me determinan. Sin embargo, no todas las decisiones que tomamos las hacemos por convicción, sino que dependen mucho del afuera llevarlas a cabo.  Sin darnos cuenta nos encontramos tomando decisiones constantemente: en la vida, en el trabajo, pero no somos del todo conscientes que esas decisiones son las que van marcando el camino de nuestro pasado, la manera de vivir el presente y la tendencia a futuro que tengamos.
Siempre me vi motivada por las personas que generan cambio y se sienten seguras en su decisión. Personas que cuando les consultás sobre determinado tema, responden con una seguridad extrema que nos deja atónitos y pensando en si realmente alguna vez nosotros llegaremos a manejarnos con esa convicción en los temas que nos interesan. Independientemente del tema que los movilicen,  ellos cuentan con un objetivo claro definido y ante el afán de cumplirlo, van tomando las herramientas disponibles de la realidad para lograrlo.
Completamente diferente son las decisiones de la gente que trabaja por trabajar, estudia por estudiar, no se apasiona por ningún hobby, se quiere separar pero teme a estar solo, se queja de la política actual, piensa hace tiempo en cambiar de empresa pero solo “piensa”(mientras tanto critica la actual), envidia la del compañero que sí logra irse,  espera un ajuste por inflación, que los precios bajen, que el jefe rote, pero sobre todo: que las cosas cambien.
La realidad es que si nosotros no hacemos algo para que las cosas cambien, lo único que logramos es poner afuera la responsabilidad del éxito o fracaso de nuestra vida, analizándola después como si se tratara de ciclos económicos que suben y bajan alineados al desempeño exterior. 
 Y es muy triste depender de las decisiones de otro para ser feliz o cumplir un sueño. Sobre todo porque ese otro puede no responder de la manera que deseamos o bien hacernos falta en determinado momento de nuestra vida, por lo que es necesario aprender a desligarlo del interés personal, ya que de tener un sueño, lo peor que podemos hacer es atarlo al accionar de un otro.
También es triste vivir en la queja constante… nos enferma. Y no solo nos enferma por “hacernos mala sangre” (que literalmente provoca lo que se traduce después en enfermedad física) sino porque alteramos el estado psíquico emocional de quienes nos rodean, provocando dos acciones antagónicas: más bronca si están a favor de la queja o rechazo inmediato hacia la persona porque básicamente, no te bancan.
Me parece que es crucial, sobre todo para la Sociedad actual, estar a la altura de las circunstancias que nos motivan o nos angustian y de esta manera, ir tomando decisiones prácticas que lleven al desarrollo personal y social por nuestra propia cuenta y no bajo el nombre de un tercero inculpable que por “A” o por “B”, no hizo lo que deseábamos que hiciera.
Es la única manera de que nos hagamos cargo que somos los protagonistas de las decisiones que tomamos en la vida y nos guste o no, no es válido que “el otro / el afuera” sea el blanco de determinar: que es lo que somos, porque fracasamos, con quien nos casamos, o porque estamos donde estamos.